Son muchas las aportaciones que tratan de predecir como será la educación dentro de una década, blogs, informes, charlas, artículos..la mayoría de las fuentes que he consultado apuntan hacia una educación fundamentada en la tecnología. Veamos algunos ejemplos:
“Los sistemas educativos de todo el mundo sufrirán grandes modificaciones de aquí a 2030, propiciados por la revolución tecnológica. En los próximos quince años, internet va a convertir los colegios en ‘entornos interactivos’ que pondrán patas arriba las formas tradicionales de aprendizaje y cambiarán la manera de ser de docentes, padres y estudiantes”.
Pero la tecnología avanza cada vez más rápido y todo acaba llegando. Así lo creen al menos expertos de todo el mundo, que vaticinan grandes cambios desde ya mismo —algunos más visibles, otros menos— que configurarán una nueva escuela para el año 2030. Una escuela que perderá su papel preponderante como principal fuente de conocimiento frente a internet, donde las tradicionales clases magistrales desaparecerán, el profesor cambiará su rol —de impartir conocimientos a ejercer de guía de los alumnos—
Las gafas de realidad virtual estarán en las aulas, para viajar a la luna o para aprender matemáticas. Así lo muestra el XL Semanal en su número 1512.
En mi opinión, de que la tecnología (su buen uso) es una realidad en la educación del futuro no cabe duda. Además, me fascina la tecnología, las posibilidades son infinitas!
Pero también creo, que no es absolutamente necesario el uso de las últimas tecnologías para conseguir una educación de calidad. Pienso sobre todo en lugares en los que las posibilidades de adquisición de estos recursos sea más limitado y no por ello tendrían que estar privados de una gran educación. Por lo tanto, no me parece que la tecnología sea el cambio drástico y generalista que se vaya a producir en un horizonte de diez años.
Mi enfoque sobre la educación en 2030 es más humanista, me gustaría una escuela con cabida para la diversidad, la tolerancia, el respeto mutuo, sin cabida para la desigualdad o la violencia. Independientemente del lugar, de la posición social, de la capacidad económica... todas las escuelas serán ante todo HUMANAS.
Y en 2030 me gustaría mirar atrás, y no reírme de costumbres ya en desuso, sino que se me pusieran los pelos de punta al leer noticias de la época como "agresiones de adolescentes a un compañero homosexual", o "discriminación a un compañero inmigrante", "trato desigual entre alumnos de distinto sexo" y un largo etc.
Se me pondrían los pelos de punta, porque en 2030, afortunadamente eso ya no pasa.
Con la Educación, podemos conseguirlo.
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